1. Ficha bibliográfica.
Título: “La gota gorda”
Autor: Juan Villoro
Ilustradora: Patricia Metola
Editorial: Ediciones SM
Fecha 1ª edición: 2013
Edad en la que me baso para realizar este análisis: 4-6 años
2. Presentación del libro.
Para escoger entre todos los
libros infantiles que había en la biblioteca, traté de ponerme en la piel de un
niño. Concretamente, pensé en mi sobrina
de 6 años e intenté observar las portadas con sus propios ojos, preguntándome
¿en qué se fijaría ella?, ¿qué historias llamarían más su atención?, ¿qué
temáticas? Finalmente, di con este libro, “La gota gorda”, y me pareció muy
atractivo. Empecé a leerlo y la trama me
enganchó en seguida, las páginas se leían solas y la narración era ligera,
poética y sencilla. Además, trataba un tema que a los niños de estas edades
podía resultarles gracioso e interesante, por lo que decidí que sería el objeto
de mi estudio.
Cuando llegué a casa, estuve
informándome un poco sobre el autor y la ilustradora para poder hablaros de la
obra con más detalle. Aunque personalmente no conocía al autor, parece ser que
es bastante conocido en el mundo de la literatura de habla hispana. Su nombre
es Juan Villoro, y es un escritor mexicano que ha publicado desde novelas para
adultos hasta cuentos infantiles. El libro que le dio la fama fue “El testigo”,
en el 2004, gracias al cual ganó el premio Herralde. En “La gota gorda” trata,
sin embargo, de contar una historia cercana y sentimental, una historia sobre
la paternidad, las relaciones entre padres e hijos, la humildad y las
emociones.
La ilustradora es Patricia
Metola, artista que ha dedicado toda su carrera profesional a la pintura y a la
expresión del mundo emocional de los niños. Sus dibujos se caracterizan por un
estilo muy personal y alegre, y están hechos con acuarelas y lápices de colores,
por lo que son muy vistosos para los más pequeños. Según esta joven diseñadora
gráfica, ilustrar un libro no es simplemente decorarlo, sino apoyar el hilo de
la historia, enriquecerla y hacer volar la imaginación. Metola es conocida
también por sus ilustraciones en libros como: “El niño más maravilloso del
mundo” o “La princesa no llora, pero tampoco ríe”.
3.
Formato.
·
Aspecto
externo. Este libro es un poquito más grande de lo habitual, pero resulta
muy manejable para niños y niñas de 4 a 6 años. Ellos mismos pueden sentarse y
colocar el libro en su regazo o en la mesa, disfrutando de las imágenes y de la
historia. Las páginas son más bien gruesas y el peso es adecuado. Como se trata
de un relato breve, no era de los libros que más pesaban de la biblioteca, a
pesar de su tamaño. Había libros más pequeños y mucho más extensos que pesaban
más y se hacían más difíciles de manejar. En cuanto a la portada, resulta muy atractiva.
Se trata de la imagen de un gigante que duerme y tiene, sobre su nariz, a una
niña diminuta que descansa. Los colores son claros y el trazo es muy limpio. El
título aparece en azul oscuro con una letra muy legible. Todo es simple y
bonito a la vez.
·
Ilustraciones.
Como ya dije anteriormente, las ilustraciones de Patricia Metola se
caracterizan por su claridad y alegría. Los dibujos son muy grandes y están
pintados con acuarelas. Expresan sobre todo lo que van sintiendo los
personajes: la alegría de Mini María, la tristeza de su padre, el esfuerzo, el
asombro, etc. El código lingüístico está perfectamente acompañado del código
gráfico, en tanto en cuanto las ilustraciones ayudan a entender la trama y la
enriquecen de pequeños detalles. Llama la atención el estilo personal de la
autora, ninguno de los personajes aparece con rasgos estereotipados, la niña
del cuento es pintada tanto con falda como con pantalón, y tiene una cara muy
peculiar y expresiva. Sin duda, se podría decir que las ilustraciones completan
el libro y lo hacen aún más recomendable.
·
Tipografía.
Uno de los aspectos que más me gustó del cuento fue la tipografía. Se trata de
una letra muy legible, de tamaño bastante amplio y atractivo. Es un descanso
para la vista el poder leer letra más grande de lo habitual. El texto está
organizado en frases cortas, y separado en párrafos, lo que lo hace aún más
visual. Casi da la impresión de estar leyendo poesía.
4.
Contenido.
·
Tema.
El tema principal de este libro podría ser “el uso de la imaginación para
conseguir aquello que queremos”. En concreto, lo que más desea Mini María es
bañarse en el mar, pero su padre, Max Máximus, no tiene dinero para llevarla de
vacaciones. Él es un gigante y lo único que puede hacer es contemplar el océano
a lo lejos y describirle a su hija lo infinitamente azul y bonito que es. Pero
esto no basta, Mini María sigue empeñada en probar el agua salada, así que se
pone su traje de baño y se dirige a su padre. Una vez juntos, le pregunta qué
pasaría si él, gigante entre los gigantes, no pudiera protegerla de algún
peligro. Max comienza a llorar al imaginarse que algo malo pudiera sucederle a
su hija, y sus lágrimas forman un mar inmenso en el que la pequeña puede
bañarse y disfrutar del agua salada, lo más parecido a chapotear en el mar.
Entre los temas secundarios podríamos encontrar: la importancia de la
paternidad y la belleza de la diferencia.
Tanto el tema principal como los secundarios me parecen muy apropiados para un niño de 4 a 6 años. A estas edades, los niños y niñas están formando su identidad y su autoestima, cada vez van adquiriendo mayor autoconciencia e interés por saber cómo son, qué cosas se les da bien hacer, qué es lo que sienten, etc. Por esta razón, se ven atraídos por personajes reales y cercanos que comparten sus emociones, aunque también les resultan interesantes las pequeñas pinceladas de fantasía. “La gota gorda” cuenta la historia de Mini María, una niña pequeña que quiere, por encima de todo, conocer el mar. A lo largo del cuento, va expresando sentimientos como la tristeza, la esperanza y el entusiasmo, por lo que facilita que los niños se vean reflejados en ella y se identifiquen con sus estados de ánimo. Además, al final de la trama, logra hacer real su deseo, utilizando, para ello, su creatividad e imaginación. Este hecho puede ser muy positivo para nuestros alumnos, haciéndoles ver que ellos también pueden conseguir metas valiéndose de sus habilidades personales.
Asimismo, el libro habla de Max Máximus, un gigante que trabaja aplastando nubes para que llueva y crezcan las cosechas. A veces se siente diferente a los demás, pero está contento porque quiere a su hija y a su mujer, haría cualquier cosa por ellas. Este personaje introduce algunas notas de fantasía, que siguen resultando apropiadas para estas edades. También, nos hace reflexionar sobre sentimientos como el cariño a nuestra familia, la frustración y la alegría. Los niños de 4 a 6 años siguen sintiéndose muy apegados a su madre, padre y hermanos, y aunque ya tienen amigos en la escuela infantil, su círculo más próximo sigue siendo la familia, por lo que un cuento sobre las relaciones entre padres e hijos les parecerá cercano e interesante.
·
Estructura.
La secuencia narrativa del libro es unidireccional, es decir, tiene un
planteamiento, un nudo y un desenlace, lo que favorece que los niños puedan
prestar atención y comprender la sucesión de los hechos. No será hasta los 8 o
9 años cuando los niños puedan empezar a entender los “flash back” y otras
rupturas de linealidad. Igualmente, el final del libro nos ayuda a conectar con la sorpresa, algo muy
atractivo para los niños y niñas de 4 a 6 años, que buscan desenlaces
originales y felices.
·
La
protagonista. La protagonista de la historia es Mini María, una niña
diminuta y alegre que disfruta mucho pasando tiempo con su padre, cantándoles
canciones a sus peluches, montando en los columpios y horneando pastelillos.
Mini María es muy inteligente y tiene una gran imaginación, siempre se le
ocurren nuevas ideas y planes para llevarlas a cabo. Generalmente, consigue lo
que se propone utilizando sólo su creatividad. Nunca ha visto el mar, ni ha
contemplado a las gaviotas al atardecer en la playa, por lo que su máximo deseo
es conocer el océano por primera vez. Como puede observarse, la protagonista de
la historia es una niña muy real, como cualquier niña de 4, 5 o 6 años de carne
y hueso: juega en los columpios, pasa tiempo con su padre, le canta a sus
peluches y es entusiasta. Todo esto facilita en gran medida la identificación
de nuestros alumnos con el personaje. Además, Mini María se expresa con un
lenguaje muy coloquial, con frases cortas y contundentes como: “¡Me encanta el
mar!”, “Ay, papá, no has entendido, las nubes tienen agua dulce, yo quiero agua
salada”. La etapa de los 4 a los 6 años se caracteriza por el inmenso deseo de
expresión de los niños, cada vez manejan mayor cantidad de vocabulario, están
adquiriendo una mayor conciencia de quiénes son y, por tanto, necesitan hablar
en primera persona, comunicar lo que les gusta y desagrada, lo que quieren
hacer, etc. En este sentido, la protagonista se comporta de igual manera,
hablando siempre de sí misma, sus hobbies y sus planes. Por todo ello, creo que
los alumnos de 4 a 6 años pueden sentirse fácilmente identificados con Mini
María y encontrar en ella un reflejo positivo tanto de lo que son como de lo
que les gustaría ser.
·
Los demás
personajes. El libro sólo tiene dos personajes: Mini María, la hija, y Max
Máximus, el padre. Max es el gigante del pueblo, todos los vecinos lo adoran
porque es el encargado de hacer que llueva o que haga sol. Cuando las cosechas
están más necesitadas de agua, Máximus aplasta las nubes, y cuando se necesita
el calor del sol en invierno, el gigante sopla las nubes para que se vayan.
Este personaje tiene el rol del padre bondadoso y preocupado por las
necesidades de su hija, daría lo que fuera por que estuviera contenta. Como es
de suponer, este es un rol bien conocido por nuestros alumnos de entre 4 y 6
años, por lo que podríamos decir que Max es alguien muy cercano y familiar para
ellos. Además, es un hombre humilde, trabajador e imaginativo, que disfruta
describiéndole el mar a Mini María e inventándose el cargamento de los barcos.
Puede resultar muy atractivo para los niños porque es gracioso y tiene un toque
de fantasía y locura muy llamativo. Por ejemplo, cuando su hija le pregunta
acerca de las mercancías que traen los navíos por el mar, el padre le responde “vienen
cargados de estrellas, espaguetis y cacatúas”.
Me imagino perfectamente a mi sobrina de 6 años escuchando esto y
poniendo cara de sorpresa, así que es muy probable que ocurra lo mismo con
otros niños y niñas de su edad.
·
Valores y
contravalores. El valor que más claramente se dilucida en esta obra es el
de la perseverancia, cuando queremos algo con mucha fuerza, debemos poner toda
nuestra imaginación y energía en conseguirlo. Mini María desea de todo corazón
conocer el mar del que tanto ha oído hablar a su padre, así que no desiste y
trama un plan para poder hacerlo realidad. Si ella no puede ir al mar, hará que
éste venga hacia ella. ¿Cómo? Haciendo que su padre se preocupe por unos
segundos y derrame una lágrima sobre la tierra. Una lágrima de gigante que,
para la niña, supone un océano inmenso en el que poder nadar y jugar. Para los
niños de 4 a 6 años, este valor es muy comprensible, sobre todo porque están en
una edad en la que lo que más les interesa es conseguir sus objetivos. Cuando
se proponen algo, difícilmente están dispuestos a olvidarlo y resignarse. La
etapa comprendida entre los 4 y 6 años es la etapa del egocentrismo, nuestros
alumnos estarán todavía más centrados en sus propios intereses que en los de
los demás, por lo que pueden sentirse muy identificados con Mini María. Asimismo,
la protagonista encarna el espíritu de la alegría, el ingenio y la imaginación,
que también son valores importantes de este libro. Este tipo de cualidades son
perfectamente comprensibles por los alumnos de la etapa a la que nos estamos
refiriendo, que ya empiezan a ser autoconscientes y percibirse a sí mismos con
sus distintas habilidades y características.
En cambio, Max Máximus es un hombre generoso que se entrega a los demás. Quizás los valores que ofrece este personaje (bondad, empatía, solidaridad) están algo más alejados de los niños de 4 y 6 años, por lo que les resultará más difícil identificarse con él. El gigante ofrece, además, un contravalor, y es el de la envidia. En general, está feliz y aprecia los aspectos positivos de su vida, pero a veces se siente demasiado diferente a los demás y sueña con ser como ellos. Le gustaría correr y hacer muchas cosas a la vez, pero no puede porque causaría un gran terremoto en el pueblo. Le gustaría sudar por el trabajo bien hecho, pero sería motivo de inundaciones en el barrio. A veces piensa que todo sería más fácil si fuese como las demás personas. A la edad de 4, 5 o 6 años, los niños no cuentan todavía con un autoconcepto ajustado, y la imagen de sí mismos no está del todo formada e integrada, lo que puede dificultar bastante la comprensión de los complejos físicos del gigante. Sin embargo, todos los niños de estas edades han sentido lo que es la envidia. Cuando nuestro hijo o uno de nuestros alumnos se muestran envidiosos, tendemos a regañarlos o a tratar de suprimir esta emoción. En muchas ocasiones he escuchado a padres y maestros decir “no está bien, las cosas hay que compartirlas, hay que ser generosos”, obviando que los niños de 4 a 6 años todavía no han desarrollado los sentimientos de generosidad y empatía. En consecuencia, es normal que sean egoístas y se muestren envidiosos hacia los demás. Personalmente, me parecería más adecuado tratar con los niños el tema de la envidia, preguntarles cómo se siente en el cuerpo, en qué momentos la notan más, etc. Quizás gracias a personajes como Max Máximus, nuestros alumnos puedan comprobar que la envidia es un sentimiento normal y que no hay por qué reprimirla.
·
Lenguaje.
El vocabulario del libro es muy coloquial y sencillo, cualquier niño de 4 a 6
años puede entender las palabras. Aún así, es cierto que hay alguna que otra
expresión que no me parece del todo acertada, como por ejemplo la frase “¿Qué
tan alta era? Sin pararse de puntas,… “. Puede que el autor la haya incluido
para dar cierta poesía al texto, o puede que, al tratarse de un escritor
mexicano, sea una expresión habitual de su país. Por lo demás, el libro está exquisitamente
narrado y tiene un toque lírico bastante pronunciado. Hay fragmentos llenos de
poesía, como cuando el padre describe los cargamentos de los barcos a su hija: “Veo
un barco a lo lejos. Viene a la costa cargado de estrellas, espaguetis y
cacatúas”, “veo una lancha con un caballo de galleta y un jinete de chocolate”.
A mi juicio, la función poética es muy
importante en educación infantil, ya que puede ayudar a los niños a aprender a
utilizar símbolos y metáforas, a conocer más vocabulario y a saber cómo
embellecer las frases y los textos. Igualmente, les da la oportunidad de
cultivar una mirada profunda acerca de las cosas, una mirada que vea más allá
de la superficie y capte los pequeños instantes y maravillas de la vida.
Entre las figuras literarias utilizadas, destacaríamos la antítesis, que puede observarse en las siguientes frases: “Ser gigante puede ser un problema mayor, sobre todo si las demás personas son pequeñas”, “ciertos gigantes tienen hijos pequeños, pequeñísimos”. También se utiliza bastante la metáfora: “rascándose sus pelos largos como cables de luz” y el arquetipo del gigante bonachón: “como tantas personas enormes, el papá de Mini María era muy sentimental”. La asíndeton se usa varias veces, como en la frase: una gota gorda, inmensa, salada”. Con respecto a las repeticiones, decir que se producen en muchos momentos: “Una tarde, Mini María llegó con una novedad. Bueno, ella siempre tenía una novedad”, ¿Quieres que te aplaste una nube?, ¿quieres que le ponga sal a una nube?, “Qué pasaría si yo me perdiera?, ¿Qué pasaría si me estuviera ahogando?, ¿Qué pasaría si tuviera mucho frío”. Las descripciones también son una constante: “ Mini María era una niña muy lista, de brillantes ojos color café” o “le gustaban el estupendo tocino de la región, los atardeceres llenos de gaviotas y el perfume de miel que usaba su esposa”.
·
Conclusión.
Después de haber leído y analizado el libro, estoy convencida de que podría ser
un recurso estupendo para utilizar en el aula. Se trata sobre todo de una obra
poética, llena de bellas ilustraciones y descripciones maravillosas. Los niños
de entre 4 y 6 años podrían disfrutar mucho con ella en clase, y se
identificarían fácilmente con la protagonista. La lectura podría enriquecerse
mucho si formuláramos preguntas a los niños, preguntas que les ayudaran a
meterse aún más en la historia y en las emociones de sus personajes, como por
ejemplo: ¿a quién de vosotros le gusta más el mar?, ¿qué sentís cuando vais de
vacaciones a la playa y os bañáis por primera vez en el año?, imaginaos que mañana
traigo a clase una pócima mágica que hace que crezcáis como gigantes, ¿cómo
creéis que os sentiríais siendo tan altos como la luna?, ¿cómo sería ser
gigantes en un mundo de personas diminutas? Lo importante es que estas
preguntas nos conduzcan a hablar de sentimientos y emociones, aumenten el
interés de los alumnos por la lectura y les alienten a seguir viendo la vida
desde una perspectiva mágica, real y poética al mismo tiempo. Si lo hacemos
así, podremos estar seguros de que nuestros niños serán ávidos lectores de
mayores, y encontrarán en la literatura un mundo donde descansar, ensoñar y
reflexionar.
·
Bibliografía
- Apuntes de la
asignatura.
- Apuntes de
Psicología del Desarrollo. Profesora: Beatriz Martínez Campos. Grado de
Educación Social. Universidad de Castilla- La Mancha.
- Villoro, J. y
Metola, P.( 2013) La gota gorda. Madrid:
Ediciones SM.
·
Webgrafía
-
Sobre la ilustradora Patricia Metola.
Información extraída el 20 de Febrero de 2015, de la web: http://www.canallector.com/noticia.php?id=400
-
Sobre el escritor Juan Villoro. Información
extraída el 20 de Febrero de 2015, de la web: http://www.escritores.org/biografias/190-juan-villoro